Reseña #106: Fuimos canciones (Elísabet Benavent)

Fuimos canciones | Bilogía Canciones y Recuerdos 1/2 | Elísabet Benavent | Romántica | Suma de letras (2018) | 544 páginas | Comprar aquí

 

 

" Macarena vive en Madrid y es asistente de una influencer de moda.
Macarena disfruta la vida a sorbos e intenta ser feliz.
Macarena tiene dos amigas: Adriana y Jimena.
Macarena guarda un secreto que deletrea a escondidas.
Ese secreto tiene tres letras: L-E-O.
Macarena no sabe que Leo está en Madrid.
Macarena teme, Macarena sueña, Macarena ama, Macarena vuela... 

Y en este juego del destino intenta que lo que fuimos no puede ser lo que seremos... 

¿O quizás sí?  

Porque a veces lo que fuimos da sentido a lo que de verdad somos. "
 

      Fuimos canciones es la primera parte de la bilogía Canciones y recuerdos. También es mi primera toma de contacto con Elísabet Benavent, una de esas autoras que tenía pendientísima de leer desde hacía mucho tiempo. Ahora tengo claro que ha sido un acierto, que ha valido la pena la espera y que quiero leer todo lo que haya escrito esta mujer. Gracias Isa por insistir.

 

 En esta historia vamos a conocer a Macarena, una chica de Valencia que vive en Madrid, donde sus dos amigas son su familia en la capital: Adriana y Jimena.

Todo comienza con el reencuentro de Maca y Leo (también llamado ÉL, El innombrable o El que no debe ser nombrado) No sabemos qué pasó entre ellos, solo que entre ambos hay un alto nivel de hostilidad, rencor y palabras envenenadas. El reencuentro es de lo más inesperado e impactante, pues Maca desconocía que Leo viviera en Madrid. (¿Desde cuándo vive en Madrid?)  Leo estaba en una terraza con una conocida de Maca, amiga de Pipa (jefa de Maca) y que además es la chica que Leo está conociendo. El hecho de tener gente en común propiciará algún que otro encuentro entre ambos.

 

 

"¿No te molesta verme?

«Me molesta verte, olerte, tenerte cerca. Me molesta pensar en tu pecho como en un lugar seguro cuando nunca lo fue. Me molesta la cantidad de promesas por cumplir que quedaron pendientes. Me molesta hasta la piel cuando estás cerca.»"

 

Por otra parte, y como parece que es habitual en las novelas de Elísabet y me encanta, los personajes secundarios tienen un gran peso (tanto que me encantaría que tuvieran sus propias novelas) Conoceremos las vidas de Adriana y Jimena en esos ratitos en los que las tres amigas quedan para tomar unas cervezas o en su grupo de whatsapp (maravilloso ese Antes muertas que sin birras), pero además tienen algunos capítulos dedicados a ellas que nos permiten conocerlas en mayor profundidad. Es algo que me encanta, además todas ellas tienen una personalidad muy marcada y son muy diferentes entre sí. Mi preferida es Jimena, alocada, directa, divertida, impulsiva y una enamorada de todo lo que tenga que ver sobre el más allá...

En cuanto a la relación de los protagonistas, vamos conociendo poco a poco detalles de su extinguida relación. Han pasado tres años desde aquel día en que todo acabó y no se habían vuelto a ver desde entonces. Por la actitud de ambos salta a la vista que hay mucho dolor, rencor, incomprensión. incluso seremos testigos de actitudes un tanto tóxicas por parte de ambos... Ella busca un por qué, él no quiere enfrentarse a ello. 

Al principio todo esto me resultó muy confuso y no he llegado a comprender a Leo hasta prácticamente el último tercio de la novela, donde se van resolviendo dudas (¿Qué pasó? ¿Por qué lo dejaron? ¿Por qué se odian tanto?) y el personaje masculino se deja abrir, desnudar, explorar... Y entonces comprendes muchas cosas. Entonces empatizas. Entonces eres consciente de por qué todo ese dolor y frustración.

 

 

"Una herida solo cicatriza bien cuando está limpia y la mía estaba llena de recuerdos que la ensuciaban. Era cuestión de tiempo que mordiera el polvo."

 

 

No puedo decir que Leo sea un protagonista que me haya encantado, pero sí me ha resultado interesante su personaje en esta primera parte y estoy deseando leer la segunda para entenderlo al 100%. Eso sí, he querido asfixiarlo en más de una ocasión por sus actitudes.

Por el contrario, Maca me ha llegado al corazón y he conseguido empatizar muchísimo con ella. Saber por todo lo que ha pasado (y sigue pasando) Y he empatizado más todavía leyendo el final, pues hay una revelación que no había visto venir.

Aunque parece que todo sea un drama, no te dejes engañar. Sí, hay drama. Y la historia es intensa; es de esas que te desgarran emocionalmente. Pero en todo momento la novela presenta un tono de humor que encaja muy bien con la carga emocional. Tiene personajes divertidos, reales y creíbles, porque no siempre toman buenas decisiones y no siempre actúan de manera correcta (o al menos de lo que se considera correcto) pero que nos van a regalar momentos increíbles y memorables.

La ambientación es un viaje por las calles de Madrid. Una pena que no conozca las calles de la capital para poder vivirlo de una manera más visual, pero aún así me gusta que se nombren calles y establecimientos (aunque estos últimos no sé si son reales)

Pero sin duda, sin ninguna duda, lo que más me ha enamorado de esta primera toma de contacto con Elísabet es su forma de escribir. Su facilidad para transmitir, para hacer que empatices con los personajes y sientas sus emociones como propias. Te alegres por ellos y sufras con ellos. Y me ha hecho sentir una más en ese trío de amigas tan mágico y divertido.

La experiencia podría quedarse ahí, con excelente nota, pero haberla compartido con mi amiga (que es para mí el equivalente a Adriana o Jimena) la ha hecho aún mejor. Compartir nuestras teorías sobre el pasado de los protas, empatizar con Maca, cuestionar a Leo, reírnos con Jimena y sorprendernos con Adriana, odiar a Pipa, descubrir canciones y grupos de música que amamos en estas 544 páginas. Amiga... el camino continúa. Y lo mejor de todo es que no acaba en esta bilogía 🖤

 

 En definitiva, si estás buscando una novela romántica con la que emocionarte y al mismo tiempo pasártelo genial con los personajes, tenéis que leer Fuimos canciones. Fresca e intensa. Muy recomendada.