viernes, 9 de abril de 2021

Reseña #83: Siega (Neal Shusterman)

Siega | El arco de la guadaña (1/3) | Neal Shusterman | Nocturna (2017) | Ciencia ficción / Distopía | 524 páginas | 9788416858248 | Compra aquí
 
 

"Antes, las personas morían por causas naturales. Existían asesinos invisibles llamados enfermedades, el envejecimiento era irreversible y se producían accidentes de los que no se podía regresar.
Ahora, todo eso ha quedado atrás y sólo perdura una verdad muy simple: la gente tiene que morir. Y esa es la tarea de los segadores. Porque en un futuro donde la humanidad controla la muerte, ¿quién decide cuándo y cómo sembrarla?
Citra y Rowan acaban de ser seleccionados como aprendices de segadores. ¿Su objetivo? Superar las pruebas de su mentor, sean las que sean. Aunque en el proceso renuncien a todo lo que les hace humanos.
"
 
 
       Siega es la primera parte de El arco de la guadaña, una trilogía de ciencia ficción/distopía de corte futurista en la que, como bien dice la sinopsis, la muerte ya no es algo que llega de forma inexorable, sino que ha de realizarse de forma intencionada para evitar la superpoblación. Además de desaparecer las enfermedades y otras causas de muerte natural, la sociedad ha evolucionado de tal forma que es capaz de luchar contra la muerte y el imparable paso del tiempo de una forma muy peculiar y original.  La sinopsis no lo menciona, por lo que no voy a desvelar la magia.
 
¿Y cómo se lucha contra la superpoblación? Te preguntarás. Pues esa es la misión de El Arco de la guadaña, que está formado por los segadores. Por norma general, la población admira y teme a partes iguales a los segadores. Los admiran porque se dedican a preservar la población por el bien de la sociedad y el planeta. Y los temen porque nunca se sabe a quién van a matar cribar. Tal vez te toque a ti. O a tu marido. O a tu hija.
 
"La inmortalidad no puede templar la estupidez ni la fragilidad de la juventud. La inocencia está condenada a que seamos sus verdugos en una muerte sin sentido, víctima de los errores que jamás podremos deshacer. Así, ponemos fin a las maravillas con las que antes florecíamos y las sustituimos por cicatrices de las que nunca hablamos, tan retorcidas que ninguna tecnología es capaz de repararlas."
 
 
 
Algo que me ha encantado descubrir sobre la marcha es cómo se elige a quien cribar.
Al principio de cada capítulo hay un par de páginas en negro que pertenecen a los diarios de criba de diferentes segadores. Los cuadernos de criba deben ser actualizados a diario, y en muchos de ellos vemos las reflexiones de los segadores tras años dedicándose a la misión para la que han sido encomendados. Me han encantado estas reflexiones. No todos ellos han elegido serlo, pero no hay vuelta atrás cuando, tras entrenarse en el arte de matar y superar las pruebas, son ordenados segadores. La percepción que tenga cada uno sobre el hecho de tener que cribar les moldea como segador (y como persona), haciendo que actúen de cierta forma y lleven sus cribas de una manera acorde a sus pensamientos y valores.
 
Rowan y Citra tienen vidas muy diferentes, pero un día cualquiera aparece en ellas el segador Faraday para solicitar a ambos como sus discípulos. Veremos cómo se entrenan para superar las pruebas. El entrenamiento es muy amplio y pasa de estudiar historia a entrenar a muerte con cuchillos.
 
 
"No pierdas nunca la humanidad si no quieres acabar siendo una simple máquina de matar."
 
 
El entrenamiento de ambos y las pruebas que tienen que superar durante los tres Cónclaves me han gustado mucho, pero al mismo tiempo sufría porque la última prueba, que se realiza durante el Cónclave de Invierno, es crucial para ambos por un motivo muy importante. Este motivo hará que sucedan ciertas cosas que no te vas a esperar, giros argumentales que han permitido la puesta en escena de otros personajes. También me ha gustado la sociedad que ha creado el autor, con habilidades muy originales que dotan a las personas de algo parecido a la eternidad.
 
Pero insisto en que lo que más me ha gustado es la figura de segador y todo lo que ello conlleva. Desde el entrenamiento hasta las diferencias que hay entre cada segador, sus diferentes formas de actuar, el por qué, las capas, los nombres, los valores que intentan hacer perdurar a través de sus discípulos. Incluso tienen 10 mandamientos impuestos por El Arco que deben cumplir. Me ha resultado interesantísimo.
 
Otra cosa que me ha volado la cabeza es la entidad que se encarga de gobernar el país, a todos los niveles. Aunque hay excepciones... las cuales han permitido cierta libertad que ha suscitado relaciones interesadas, políticas, ansias de poder y otras situaciones que sólo llevan al caos y el desorden, justo lo que dicha entidad se encarga de evitar.
 
En cuanto al resto de personajes, me han gustado mucho, tanto Curie como Faraday, Volta... las historias que hay a sus espaldas, pues son segadores desde hace muchos años. Hay otros a los que odiarás por sus ideales desde el primer momento. Esas diferencias suponen un punto de inflexión para el proceso de entrenamiento de los protagonistas.
 
 
"Los motivos pueden convertirse en armas con asombrosa facilidad."
 

La narración en tercera persona ha sido envolvente en todo momento. Incluso en los primeros capítulos que, por fuerza mayor ya que es una primera parte, son algo introductorios, el autor nos lleva de forma sencilla a todos los escenarios y nos va aportando detalles e información poco a poco, de forma que no pierdes el hilo y ansías seguir leyendo. El final te deja con muchas ganas de coger el siguiente libro, como no podía ser de otra manera. Y si no fuera porque lo estoy leyendo en una LC y hemos programado leer Nimbo para el mes de Mayo, lo habría empezado ya. ¡Qué ganas!
 
Sobra decir que recomiendo leer Siega a todo aquel que le guste o le apetezca en ese momento una novela de fantasía con toques distópicos de lo más interesantes.