domingo, 3 de mayo de 2020

Reseña #43: Todo lo que somos juntos (Alice Kellen)



Todo lo que somos juntos | Deja que ocurra #2 (Bilogía) | Alice Kellen |
| Planeta (2019) | Romántica, New adult | 382 páginas | 978-8408205388


[ES UNA SEGUNDA PARTE] 
" Han pasado tres años desde la última vez que se vieron. Ahora, Leah está a punto de cumplir su sueño de exponer en una galería.
Y, pese al pasado, Axel necesita formar parte de un momento como ese.
Cuando sus caminos vuelven a cruzarse, Leah tiene que tomar decisiones que pueden cambiarlo todo, porque, a pesar de lo que ocurrió, los recuerdos de toda su vida siguen ahí; intactos, bonitos, únicos. Colándose en cada grieta que aún no ha cerrado.

Porque él sigue siendo el chico que aún no ha olvidado.
Porque es el mar, noches estrelladas y vinilos de los Beatles.
Porque a veces basta un «deja que ocurra» para tenerlo todo.
"
 

   Todo lo que somos juntos es la segunda y última parte de la bilogía Deja que Ocurra, de Alice Kellen.
Si no habéis leído la primera parte os aconsejo que entonces leáis la reseña que hice (click aquí)  en vez de leer esta reseña, pues es complicado no hacer una mínima alusión a la trama.

En esta segunda parte nos situamos tres años después de ese final que la autora nos dejó para matarnos y rematarnos.
Se da por hecho que en ese tiempo los protagonistas, como cualquier persona normal, han encauzado sus caminos, han seguido con sus vidas y son más maduros.


Leah por su parte, pudo encauzar su vida en lo que más le llena, la pintura. Finalmente fue a la universidad de Brisbane a cursar el grado de Bellas Artes y se encuentra en su tercer año de carrera. Es buena en lo que hace, al igual que lo fue su padre, por lo que enseguida se verá envuelta en alguna que otra oferta interesante. Si algo tiene claro Leah y, además lo demuestra, es que se toma muy en serio su trabajo y es a lo que más tiempo y pasión le dedica. Prioriza su pequeño estudio en el que da rienda suelta a sus emociones y llena de colores y vida los lienzos en blanco.

Me ha gustado mucho la Leah que se muestra en esta segunda parte, una Leah que sabe lo que quiere, que a pesar de tener el típico miedo cuando afronta algo nuevo, sigue adelante con ello. Me ha gustado saber que, pese a sus dudas tres años atrás, hace una vida normal en la facultad, socializando en las clases y forjando amistades. También conociendo algunos chicos, a pesar de no perdurar con ninguno. Aunque Landon parece diferente...

Me he encontrado una Leah más segura, con más estabilidad, valorando aquello que echa de menos. Y es por eso que, cuando se acuerda de Axel, piensa en familia. La familia, la unión familiar tiene mucha importancia para ella y no quiere quedarse sin ese tesoro, no quiere perderlo también. Esa es la madurez que he notado en ella, la lucha consigo misma para poder separar esas dos facetas que conoce de él, a pesar de todo lo que pasó, o mejor dicho, de todo lo que nunca fueron. Porque no pensó en ella únicamente, pensó en todas las personas implicadas. Y es que el amor a veces no es nada fácil.
¿Hasta qué punto puede una persona anteponer la razón al corazón?


"Era casi antinatural que ambos sentimientos pudiesen coexistir, pero de algún modo retorcido lo hacían. Porque detestaba la última parte de nuestra historia [...] No quería saber nada de ese Axel. Pero sí del otro, del que había sido amigo y familia."


 Axel por su parte sigue con su amor por el surf, no se lo quita nadie, y es que lo necesita para poner en orden sus pensamientos, le ayuda a despejarse y le hace sentir bien. Me ha gustado que sea menos huraño y sea más cercano con su familia, aunque no deja de ser un alma que adora la soledad. No obstante la soledad en esa casa duele desde hace un tiempo...
Por otra parte, además de trabajar  haciendo algunos encargos de diseño, ahora también trabaja para una galería de arte en el mismo Byron Bay. El Axel de esta segunda parte es bastante reflexivo, empieza a romper ese cascarón en el que estaba antes, ese en el que solo importaba el ahora, el presente, sin pararse a pensar en el futuro. Comienza a hacerse preguntas del tipo "¿Y si...?" Comienza a recordar promesas hechas en un pasado. Comienza a ver la vida desde otra perspectiva.

Me han gustado tanto su forma de actuar, como sus reflexiones, como su evolución, sin dejar de lado su esencia, tan suya, tan visceral, pero dándose cuenta de que para conseguir algo diferente hay que hacer algo diferente.
Le da verdadero miedo las posibles consecuencias, pero empieza a ser consciente de sus prioridades, de que sólo arriesgando puede ganar. 
¿Pero cómo hará para unir los trozos que él mismo se encargó de romper? ¿Cómo unir las piezas?


"El tiempo... el tiempo no lo cura todo. El tiempo calma, suaviza y redondea los bordes más punzantes, pero no hace que desaparezcan."


Como es de esperar vamos a a presenciar un reencuentro entre ambos protagonistas. He aquí una obsesionada de los encuentros, por lo que he podido disfrutar muchísimo con las escenas.
¿Cómo se reencuentran? ¿Cuál es el motivo? No voy a desvelar nada, sólo diré que he sentido mucho a partir de ese momento. Ese a partir del cual los sentimientos que hubo en un pasado, esos que se guardan bajo llave y con la certeza de que no saldrán de nuevo, empiezan a tambalearse.
Cuando una persona te importa de verdad eres capaz de sobrellevar ciertas situaciones, tal vez de perdonar, pero es muy difícil olvidar el daño causado. Toda esta situación da paso a una serie de rencores, reproches, indiferencias, celos...

Pero hay hechos que son capaces de calmar las aguas más tormentosas. Oportunidades que no se pueden dejar escapar. Es entonces cuando la trama se traslada de una calurosa Australia a un friolero París, mi querido París. Será en la ciudad del amor donde la autora nos regala momentos de tensión, nervios, incertidumbre, miedo... pero también momentos bonitos, de apoyo, de comprensión, de familia, de amor.

Es un lugar clave para Leah, para ver el final de ese camino de la búsqueda de uno mismo, de saber hacia dónde dirigir sus pasos.Y no ha sido menos importante para Azle, también él se llevará muchos aprendizajes de esta etapa.



Me ha hecho una ilusión tremenda que la autora nos haya regalado un trocito de París para transportarnos por sus calles y hacer de esta una historia más especial todavía.
Una parte bien importante de la trama tiene lugar en esta ciudad, así que dejo de aporrear el teclado y os invito a que le deis una oportunidad a esta bilogía que tiene de todo, pero lo que le sobra a raudales son sentimientos y emociones.


"Quizá la vida sean momentos. Solo eso. Momentos. Y a veces llegas o no llegas en el instante apropiado. A veces un segundo lo cambia todo. A veces el tiempo es determinante. A veces, cuando tú quieres hablar, la otra persona ya no está dispuesta a escucharte. Supongo que son cosas que pasan. Que en ocasiones deseamos algo y, unas semanas más tarde, apenas lo recordamos o ha perdido todo su valor."


Los personajes secundarios me han gustado al mismo nivel que el primer libro, sigo siendo fan de Daniël (padre de Axel), aunque me he reído mucho con Justin esta vez. Y si algo he de destacar de ambos libros es la unión familiar, ese valor que se le da a la família, incluida la que uno escoge. La amistad, esa que se forja con momentos compartidos, complicidad, experiencias vividas...

Por supuesto la importancia de la pintura y la música sigue en pie. Es más, he conectado a tal nivel con la autora cuando hablaba de los sentimientos que la pintura le producen a Leah (y viceversa) que he sentido que Alice hablaba de cualquier tipo de arte, por supuesto la escritura entre ellas. De volcar tu alma en lo que haces, que el resultado final sea un cúmulo de sentimientos y emociones de momentos concretos de tu vida. He sentido que esa parte de Leah era muy suya, que ha hecho una especie de paralelismo en el que esa faceta suya como escritora estaba reflejada en la faceta pintora de Leah. No sé si ha sido la intención de Alice, pero así lo he sentido yo, y me ha encantado esa perspectiva. No hay tantas diferencias cuando se trata de expresar arte, sea cual sea.

 La novela también está narrada en primera persona, intercalando los puntos de vista de ambos protagonistas. Como siempre digo, me parece todo un acierto, pues conocemos ambos protagonistas de forma íntima y, por lo menos yo, disfruto más la historia. Consta de un total de 128 capítulos de corta extensión, un prólogo, un epílogo y una nota de la autora en la que de nuevo nos recomienda ciertas canciones para determinados capítulos.
De su pluma diré lo de siempre, me voy a repetir en que es sencilla y ágil a la vez que mágica y llena de sentimiento. Frases que te hacen reflexionar y valorar las cosas, las personas y las relaciones con ellas. Reitero que su punto fuerte es el de transmitir sentimientos, esos que están entre las páginas y parece que de un momento a otro van a explotar, haciendo que te palpite el pecho y te emociones con los personajes.


"Hay heridas horribles, en carne viva, y hay otras peores, de esas que no sangran, esas que parece que han cicatrizado, pero que, si las rozas, duelen como el primer día.
Axel era mi herida."


Resumiendo, Todo lo que somos juntos es la segunda y última parte de la bilogía 'Deja que ocurra'. Nos encontramos ante unos protagonistas más maduros y con unas ideas más claras, pero cuando se trata de sentimientos no hay razón ni madurez capaz de domar al corazón. Entre ambos hay un camino de espinas lleno de rencores, reproches, dolor... aunque no todo es malo, no todo es oscuridad. Recomiendo totalmente leer la historia de Axel y Leah, sobretodo para lectores amantes de la romántica. Preparad vuestra sensibilidad, porque ahí Alice golpea fuerte.







¿Qué novela romántica me recomiendas? De esas intensas que te remueven algo por dentro... 
Me encantan las comedias románticas, o las que están narradas en un ambiente más ligero, pero mis preferidas son las intensas, las que te atraviesan el pecho y te arañan por dentro.