lunes, 20 de septiembre de 2021

Reseña #99: Aquel último verano (Susanna Herrero)

Aquel último verano | Serie Cabana (1/5) | Susanna Herrero | Autopublicado (2019) | Romántica, New adult | 397 páginas | Comprar aquí
 
 
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Alex y Priscila se conocieron un verano de color verde y de canciones de los 90, cuando solo tenían ocho y cinco años, él llegó de Londres y se mudó a la casa de enfrente. Alex y Priscila se dieron su primer beso dos veranos más tarde, flotando en esas aguas que eran parte de su historia. Alex y Priscila se besaron de verdad cinco veranos después en un juego de la botella y con la noche de San Juan como telón de fondo. Alex y Priscila vivieron juntos muchísimas aventuras más. Para ella, Alex era el vecino que le enseñó a contar números y a poner colores a los veranos. Para él, Priscila era el ángel con zapatos de pompones y lazos extravagantes, la chica ingeniosa y la Reina del Desierto. Pero entonces sucedió aquello y Priscila huyó al otro lado del océano. Cuatro años después, Priscila regresa a su pueblo natal para asistir a la boda de uno de sus hermanos. Regresa a su amado Mediterráneo, al sol y al agua, pero también a… Alex. Alex, que no quiere saber nada de ella. Alex, cuyos ojos solo reflejan resentimiento y hostilidad. Alex, que continúa siendo su marido. ¿Qué fue lo que ocurrió aquel último verano? "
 


 
      Aquel último verano es la primera entrega de la Serie Cabana, escrita y autopublicada por Susanna Herrero. En esta serie vamos a conocer a la familia Cabana. Son cinco hermanos y en cada libro vamos a conocer la historia de amor de cada uno de ellos.

En Aquel último verano vamos a conocer a Priscila, la pequeña de los Cabana y la única chica. Conoceremos su historia con Alex, su vecino de enfrente.
Algo que me ha encantado es que está narrada en dos tiempos: por una parte hay capítulos que nos descubren el pasado de ambos, desde que se conocen de niños hasta que se enamoran en la adolescencia. Esos primeros besos, los primeros vuelcos del corazón, las primeras veces. Una incipiente vida en pareja que parece ir maravillosamente... Hasta que de repente un día Priscila desaparece. Alex (y casi nadie) sabe el motivo de su huida ni por qué ha puesto miles de kilómetros de distancia entre ella y su familia. Entre Alex y ella.
Por otra parte hay capítulos que narran el presente de ambos, cuatro años después de la huida de Priscila. Ella ha vuelto al pueblo por ciertos motivos y deberá enfrentarse al pasado que dejó atrás hace unos años. Pero lo que más le aterra es enfrentarse a la mirada de Alex y a lo que pueda sentir.


"Y entonces... sonríe. Sonríe y un vendaval de sentimientos me recorre el cuerpo, porque esa sonrisa de hoyuelos me trae demasiados recuerdos. Me trae olores y me trae sabores. Porque las sonrisa huelen. Y las sonrisas saben."


Leyendo este pequeño resumen (que solo son los dos o tres primeros capítulos) puedes imaginar la cantidad de emociones contenidas que hay en estas páginas. De todo tipo, vemos a los protagonistas pasar por diferentes fases y tomar decisiones buenas y otras no tan buenas. Eso me ha encantado, porque sí, los errores que cometen los personajes los hacen más creíbles. Personalmente no me gustan aquellos que lo hacen todo bien o que les sale todo bien. Veremos cómo se enfrentan a una situación complicada como la suya, cómo Priscila intentará encontrar un equilibrio, poner una barrera. Viviremos esa lucha interna que Alex siente dentro del pecho. ¡No digo más que se me van los dedos! 
Aunque la historia de estos dos tenga sus momentos de ponerse serios y sus momentos de dolor, la novela tiene un toque alegre en todo momento.
 
 
"Podría decir que es a causa de los absurdos zapatos rojos, con pompón gigante incluido, que lleva puestos en los pies y que la hacen inmediatamente visible, pero hace tiempo que dejé de mentirme. Priscila Cabana siempre será lo primero que vean mis ojos cuando su presencia se ubique en un radio de diez metros a la redonda de la mía; y no por ello la odio menos. Tan solo es un hecho."
 
 
El protagonismo lo tienen Priscila y Alex, pero el resto de los hermanos Cabana tienen un gran peso en la trama. Están siempre presentes y, ¿qué queréis que os diga? He llegado a adorarlos. ¡Me encantan! Y más todavía cuando se juntan todos. Susanna nos proporciona la información personal suficiente sobre ellos para querer conocer su propia historia. La de Adrián, Hugo, River y Marcos. ¡Menudos son! Estoy deseando conocerlos en profundidad.
 
Estos hermanos son los encargados de que la novela tenga ese toque alegre, cómico en muchos momentos y cargado de buen rollo, dando espacio a la carga emocional que tiene por la historia de ambos protagonistas. También Jaime, el amigo de Priscila, aporta momentos muy divertidos que me ha sacado más de una carcajada.
 
Es una de esas novelas en la que los personajes y la relación entre ellos es vital, es el esqueleto, la base de todo. Y si los personajes te ganan (con esta novela es lo más probable) lo demás te va a encantar. 

Otro punto fuerte es la ambientación. Dios mío, he sentido el olor a mar de las playas del Mediterráneo (¡de mi Mediterráneo! Que lo tengo a 10 minutos de casa *-*), he escuchado los susurros de las olas del mar, he sentido el sol en mi piel, el sabor salado. La autora ha hecho un gran trabajo, me ha transportado a los lugares que estaban los personajes y me he sentido en casa. Es una novela veraniega y haberla leído en verano ha sido todo un acierto.
Estoy deseando leer los siguientes libros de la serie, de momento ya tengo el siguiente conmigo, El chico de la última fila, por lo que no tardará en caer ^^